martes, 4 de septiembre de 2018

El ciclo menstrual

El ciclo menstrual comprende todos aquellos sucesos que se dan entre una hemorragia y la siguiente. Suele durar aproximadamente 28 días.

Todos los cambios que se experimentan tienen como objetivo preparar a la mujer para un posible embarazo, desde que inicia su etapa reproductiva con la primera menstruación (menarquia) hasta que ya no es fértil (menopausia).

La duración del ciclo puede variar entre 23 y 35 días en función de cada mujer, aunque las etapas del ciclo menstrual son las mismas en todos los casos.

El ciclo menstrual se inicia con la bajada de la menstruación. Este sangrado se corresponde con la descamación del endometrio debido a que no ha habido implantación embrionaria.

La fase folicular o proliferativa consiste en un proceso de crecimiento de los folículos ováricos que abarca desde el inicio de la menstruación hasta la ovulación. El aumento de la hormona folicuoestimulante (FSH) que segrega la hipófisis, hace que varios folículos empiecen a crecer y migren hacia la superficie del ovario, aunque tan solo uno de ellos llegará a madurar completamente. Además, los estrógenos producidos durante esta fase también contribuyen a la aparición de un moco cervical más acuoso y elástico, que favorece la entrada de espermatozoides y también actúan sobre el endometrio, favoreciendo su engrosamiento.

Alrededor del día 14 del ciclo menstrual, la hipófisis produce una subida de los niveles de la hormona luteoestimulante (LH) que provoca la ovulación. Los días fértiles son aquellos cercanos a la ovulación, hacia la mitad del ciclo menstrual.

El óvulo que se encuentra ahora en la trompa de Falopio permanecerá a la espera de un espermatozoide que pueda fecundarlo si ha habido relaciones sexuales. Si esto no sucede en las 24 horas siguientes a la ovulación, el óvulo envejecerá y ya no podrá fecundarse.

La fase lútea o secretora es la que empieza justo después de la ovulación y dura hasta el final del ciclo menstrual, es decir, hasta que vuelve a haber un sangrado menstrual. El folículo roto se transforma en cuerpo amarillo (o cuerpo lúteo) y empieza a producir estrógenos y progesterona. La progesterona es ahora la encargada de modificar el moco cervical para que se vuelva nuevamente impenetrable por los espermatozoides y hace que el endometrio se vuelva más receptivo para recibir al embrión y que se produzca la implantación.

Si tiene lugar un embarazo, el cuerpo lúteo sigue produciendo estrógenos y progesterona hasta la octava semana, cuando la placenta toma el relevo de estas funciones.

En caso de que el óvulo liberado no sea fecundado, el cuerpo lúteo desaparece y, en consecuencia, la producción de estrógenos y progesterona disminuye gradualmente provocando que el endometrio se descame y se elimine por la vagina produciendo de nuevo la menstruación y empezando de nuevo el ciclo.