sábado, 18 de agosto de 2018

Los tejidos


En los organismos pluricelulares sencillos todas las células realizan todas las funciones. En cambio, en los organismos más complejos encontramos especialización funcional.
Cuando la especialización lleva a cambios anatómicos en las células, aparecen los tejidos, que son agrupaciones de células semejantes que cooperan para cumplir una función. En este sentido, podemos decir que son el paso intermedio entre las células y los órganos.
Todos los tejidos están formados por células y por una cantidad indeterminada de sustancia intercelular denominada matriz. La matriz constituye el medio ambiente de las células en los organismos pluricelulares, es un conjunto de macromoléculas que se localizan entre las células de un determinado tejido o en el lado externo de la membrana plasmática de cualquier célula; y sus funciones son: dar cohesión y resistencia a los tejidos y modular la fisiología y diferenciación celular.
El cuerpo humano está formado por 4 tipos de tejidos: el de revestimiento, el muscular, el nervioso y el conectivo.
El TEJIDO DE REVESTIMIENTO recubre las superficies exterior e interior -cavidades y conductos internos- del cuerpo.
Superficie apical: especializaciones de membrana. Cumple distintas funciones:
·         Microvellosidades: son proyecciones del citoplasma para aumentar la superficie celular. Por ejemplo, en el intestino delgado aumentan la absorción de nutrientes.
·         Cilios: dan movimiento, por ejemplo, en el sistema respiratorio arrastran las sustancias sobre el epitelio.
·         Estereocilios: son estructuras muy similares a los cilios, también tienen microtúbulos, pero no son móviles sino que su función es absorber agua.
Cara lateral: uniones fuertes que permiten que las células estén juntas.
Membrana basal: separa las células epiteliales del tejido conectivo.
Según la función
 que cumplen, diferenciamos entre: tejido epitelial y tejido glandular.
·         Tejido epitelial: está formado por células muy juntas, unidas por una membrana basal en la profundidad y con muy poca matriz intercelular. Entre las células epiteliales NO hay vasos sanguíneos. Las encontramos en cavidades y conductos.
Las funciones del tejido epitelial son distintas según el grosor del tejido, así: los más delgados se dedican a facilitar el intercambio de sustancias entre los dos lados de la membrana y los más gruesos protegen los órganos a los que envuelven de agresiones externas.
Los tipos de epitelio según el número de capas son 3: monoestratificado, pluriestratificado y pseudoestratificado.
El epitelio monoestratificado está formado por una sola capa de células, que según su grosor pueden ser aplanadas o altas: las aplanadas, como las que encontramos en superficies absorbentes como el intestino delgado o los alvéolos pulmonales, y su función es permitir el intercambio de sustancias; y las altas tienen la función de proteger en las superficies secretoras.
El epitelio pseudoestratificado está formado por una sola capa pero aparenta tener más porque los núcleos no están todos al mismo nivel, como el que encontramos en la laringe, la tráquea y los bronquios.
El epitelio pluriestratificado está formado por varias capas de células. En la piel, las más profundas, que son también más gruesas, están queratinizadas (recubiertas por una capa de células muertas rellenas de queratina) y las más superficiales, como las mucosas (en la boca, faringe, esófago, fosas nasales, recto y vagina) son más aplanadas y no están queratinizadas.
·         Tejido glandular: está especializado en la producción de sustancias. Podemos encontrar células glandulares intercaladas en el epitelio, como ocurre en las mucosas, o formando verdaderas glándulas, que serán endocrinas si segregan sustancias a la sangre y exocrinas si lo hacen a cualquier otra parte (al exterior del cuerpo como las glándulas sudoríparas o a sus cavidades y conductos internos).
El TEJIDO MUSCULAR está formado por fibras musculares o miocitos, especializados en la contracción muscular, ya que su única función es contraerse al ser estimuladas.
Según la estructura del tejido y las características de su contracción, distinguimos:
·         Tejido muscular estriado o musculoesquelético: está formado por células cilíndricas largas que están mayoritariamente en los músculos que se unen al esqueleto y lo mueven voluntariamente. Un tipo especial de estriado es el tejido muscular cardíaco, que se encuentra en las paredes del corazón y al inicio de los principales vasos sanguíneos que se mueven involuntariamente.
·         Tejido muscular liso: está formado por células alargadas, en forma de huso, que están en las paredes de diferentes vísceras huecas y conductos como el tubo digestivo, la vejiga urinaria, los bronquios y los vasos sanguíneos, que se mueven involuntariamente aunque regulados por el SNA y las hormonas.
El TEJIDO NERVIOSO se encuentra en el encéfalo, la médula espinal, nervios y ganglios. Su función es conducir impulsos eléctricos.
El TEJIDO CONECTIVO agrupa el tejido conjuntivo, el óseo, el cartilaginoso, el adiposo y la sangre.
·         El tejido conjuntivo o tejido de sostén tiene pocas células pero una matriz intercelular abundante, con fibras elásticas y fibras de colágeno. Es el encargado de mantener los tejidos unidos y darles consistencia. Un ejemplo de tejido conjuntivo son los tendones y los ligamentos.
·         El tejido óseo también tiene pocas células y una matriz intercelular abundante, constituida por cristales de hidroxiapatita, lo que nos indica que está mineralizada y por tanto aportará gran consistencia y resistencia a la compresión. Como podemos deducir, es el principal componente de los huesos.
·         El tejido cartilaginoso es una variante del tejido óseo, más flexible pero menos resistente, que se encarga de dar apoyo a otros tejidos. Forma parte de las orejas y la nariz, del esqueleto, las articulaciones y los discos vertebrales.
·         El tejido adiposo consiste en unas células ocupadas por vacuolas enormes llenas de grasa encargadas de formar la capa de grasa bajo la piel y alrededor de las vísceras, que actúa como reserva energética, aislante término y protector mecánico.
·         El tejido sanguíneo (la sangre) consiste en una matriz intercelular líquida y carente de fibras, lo que permite que se mueva. La sangre se compone de glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y plasma.
      Los glóbulos rojos o eritrocitos permiten el transporte de oxígeno desde los pulmones al resto del cuerpo, y también se encargan de absorber las células muertas para liberarlas en el riñón. En ellos se encuentra la hemoglobina.
      Los glóbulos blancos o leucocitos son los encargados de defender al organismo, por lo que forman parte del sistema inmunológico.
      Las plaquetas  o trombocitos reparan lesiones en los vasos sanguíneos evitando la pérdida excesiva de sangre y ayudan en la coagulación de la sangre. La coagulación es el mecanismo que interviene cuando se rompe un vaso, de la siguiente manera: las plaquetas se acumulan en la zona lesionada para taponar, a la vez que emiten unos mensajeros químicos llamados factores de coagulación, que inician una reacción en cadena que al final convierte una proteína presente en el plasma, el fibrionógeno, en fibrina, que forma filamentos finos sobre los que se forma el coágulo. Además, las plaquetas segregan serotonina, una sustancia vasoconstrictora que hace que disminuya la corriente sanguínea.